masaje y serotonina
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La felicidad que se esconde en nuestra piel

Si miras bien, aplicando ciertas pautas de consciencia corporal, verás que dentro de ti hay un enorme potencial para sanarte a ti misma.

Un enorme potencial para, simplemente, ser feliz.

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Por ejemplo, influir en la secreción de hormonas es posible.

De hecho, nuestros hábitos diarios influyen en ellas todo el tiempo: la mayoría de las veces, y sin que seamos conscientes, para mal.

El estrés, la mala alimentación, la falta de buen descanso, las cremas, geles o tratamientos tópicos cargados de tóxicos, la desconexión con los ritmos circadianos e, incluso, el exceso de pantallas y la carencia de contacto con lo natural, son ejemplos de formas de atrofiar las hormonas.

Sin embargo, es un hecho –científico e irrefutable- que el sistema hormonal es básico para regular las funciones más primarias del cuerpo: desde el crecimiento, a la regulación de la temperatura, el ciclo sexual, la energía dominante, el apetito, el descanso o la calidad de los líquidos y minerales que transporta la sangre…

Entonces, teniendo esto en cuenta y pensándolo con detenimiento…

Cuando se afirma aquello de que la felicidad no depende de lo de fuera sino de lo de adentro, se está diciendo una gran verdad que no tiene que ver con espiritualidad sino con el funcionamiento de nuestro organismo.

 

Piénsalo: eres capaz de generar(te) amor, apego, felicidad, placer…
Eres responsable de tu bienestar.

Muchas de las hormonas que nuestro cuerpo segrega son responsables de nuestro estado anímico.

Con un poco de cuidado en ese aspecto y un poquitín de consciencia, tu cuerpo será capaz de segregar y transportar, de punta a punta, todo lo que necesitas para sentirte feliz, plena, satisfecha y colmada de placer.

Pero claro, nadie nos enseña a cuidarnos mirándonos desde dentro.
Vivimos en un mundo en el que prima más el aparentar que el sentir.
En el que predominan más los filtros artificiales que las cosas naturales.

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Sin embargo, a poco que investigues descubrirás el enorme potencial para ser feliz y sentirte plena sólo mirando hacia dentro.

Sin ir más lejos, y teniendo en cuenta que la felicidad es un tesoro perseguido por todo el mundo…

¿Sabías que la serotonina (la hormona responsable de hacernos sentir bien y felices) se genera en lugares como nuestro intestino y nuestra piel, además de en nuestro cerebro?

De hecho, el cerebro sólo el responsable de un 5% de la fabricación de serotonina.
El resto, se fabrica en los intestinos y en la piel.

¿Y qué quiere decir esto?

Pues que aquello de lo que nos nutrimos y aquello que nos acaricia, es lo que hace que nos sintamos mejor o peor.

 

 

Cuando nuestra microbiota intestinal está alterada (cuando tomamos un tratamiento de antibióticos orales o cuando nos alimentamos mal, por ejemplo) la pared intestinal se inflama y la producción de serotonina se trastorna.

De la misma manera, si no atendemos a las necesidades de la piel, la producción de serotonina que depende de ella también sufre trastornos.

¿Y de qué maneras puedes tú cuidar los intestinos y la piel para que produzcan las hormonas de la felicidad que tu organismo necesita?

Muy fácil.

A la hora de alimentarte, escoge lo natural: verduras, frutas, legumbres, semillas… de temporada y ecológicas, mucho mejor. Evita alimentos ultraprocesados, cargados de sal, de azúcar, de harinas de mala calidad…

Y, a la hora de cuidar la piel, opta también por lo más natural y sencillo:

Procúrate ratos de sol (o de luz diurna, si está nublado) todos los días.
Haz ejercicio (con bailar dos o tres temas que te gusten o procurarte un buen paseo ya es suficiente, no tienes que ir al gimnasio o convertirte en deportista profesional).
Y, finalmente, acaríciate (o acaricia y que te acaricien, lo que prefieras).

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Está demostrado que los masajes inciden positivamente en la secreción de serotonina, esa maravillosa hormona responsable de la felicidad.

Ya ves, que a mano está sentirnos bien…
Y nosotras empeñadas en buscar felicidad ahí afuera, cuando todo lo que necesitamos son buenas comidas y buen tacto.

Evidentemente, con el tema masajes(o automasajes) sucede como con la comida: de nada le servirá a tu intestino que desayunes un batido super saludable de frutas, si luego te alimentas el resto del día a base de comida “basura”.

De la misma manera, si los masajes que te procures los haces con cremas o aceites cargados de disruptores endocrinos e ingredientes tóxicos, estarás restando por un lado lo que sumas por otro.

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Nuestro consejo: masajeate (o que te masajeen) cada día, naturalmente y con naturaleza.

Un simple aceite vegetal de almendras dulces o de sésamo (asequibles y económicos 100%) serán el aliño perfecto para alimentar tu felicidad a base de tacto.

Y, si quieres ir un poco más allá y beneficiarte también del aroma, las propiedades y las buenas sensaciones que PD: Si pasas por aquí, puedes ver más de cerca todos nuestros bellos aceites corporales.

Quizás te interese saber que tienen una base de aceites vegetales y, luego, cada uno, está aliñado con distintos y potentes aceites esenciales de procedencia ecológica, capaces de proporcionar beneficios en la piel y en las emociones.

¿Nuestros favoritos para disfrutar de un masaje (o automasaje) diario?

Este, con aceite de almendras dulces y aceite esencial de geranio, ideal para equilibrarte y generar serotonina a través del roce con tu piel.
Otro, estupendo, es este, cítrico, para despertar los sentidos: con aceite esencial de mandarina y con aceite vegetal de aguacate.
Y, maravilloso también, este: con el aceite esencial de canela combinado con aceites vegetales como el de germén de trigo o el de almendras. las plantas, la aromaterapia y las flores a un masaje,  puedes probar uno de estos aceites, diseñados para cuidar la piel, la serotonina, los buenos masajes y la felicidad.

Y, por supuesto, hechos cien por cien de naturaleza y ecología puras: sin nada artificial que bloquee todo el potencial que vive dentro de ti para conseguir estar feliz, radiante y bien contenta.
Cuídate. Mucho.
Hablamos muy pronto,