El acné es uno de los problemas de piel más habituales y va en aumento, las causas son varias y pueden darse a la vez, lo que hace que cada vez sea más frecuente fuera de la adolescencia, a cualquier edad y con síntomas más allá de la estética.
Además de las hormonas andrógenas, el acné se produce por un exceso de sebo, por sobrecarga en los órganos de eliminación, alteración del ph de la piel, alimentación insana, cosmética agresiva y estrés, pero lo que la mayor parte de la población no sabe es que en todas las formas recurrente de acné estan involucradas un grupo de bacterias denominadas Propionibacterium acnes.
Los poros por los que salen nuestros pelos están tapizados de stratum corneum, la capa más externa de la piel. Esta capa córnea se desprende constantemente de las células muertas a medida que se generan las nuevas. Pero en el caso del acné, las células muertas se adhieren al poro y forman un tapón que impide el funcionamiento normal de los conductos pilo-sebáceos.
Estos tapones o micro-comedones, compuestos de keratina, sebo y bacterias, van creciendo y forman, si son de cabeza abierta, los conocidos puntos negros y si la cabeza es cerrada, los granos precursores de las lesiones inflamatorias del acné.
El estudio de Huiying Li, profesora asistente de farmacología molecular y médica de la Universidad de California, en Los Ángeles, arroja los siguientes resultados. Al estudiar las bacterias a nivel genómico, descubrieron que las bacterias a las que se les había dado el mismo nombre realmente representaban a tres cepas distintas. Las personas con acné tienden a tener una o dos de estas cepas asociadas con la enfermedad inflamatoria de la piel, aunque las que disponen de una piel sana tienen una cepa buena que al parecer destruye las bacterias perjudiciales. Según Li, cuando se trata del acné, en última instancia la clave para una piel sana puede ser el equilibrio entre las distintas cepas.
Podríamos concluir que el acné es una patología inflamatoria de la piel, un desequilibrio provocado por un conflicto, en la adolescencia el conflicto es claro: hay una energía nueva que quiere salir y al mismo tiempo está el miedo a ese nuevo y poderoso cambio. Más allá de la adolescencia el conflicto lo protagonizan las cepas de la bacteria en desequilibrio, y es por ello que, mal utilizados los antibióticos, crearemos bacterias resistentes y acabaremos con las cepas de P.acnes que nos ayudan a controlar al resto de población de bacterias.
Mientras los dermatólogos insisten en el tratamiento temprano y contundente del acné para controlarlo y evitar cicatrices, existe otra corriente por la que nosotras apostamos, que huye de la química y de los productos farmacéuticos. Los primeros ensalzan la isotretinoina oral en dosis bajas (el antiguo Roacután). Nosotras recomendamos los aceites naturales de propiedades antisépticas, cicatrizantes, antiinflamatorias e, incluso, anti-rojeces con efectos beneficiosos en la batalla contra el acné.
Hace tiempo ya que perdimos el miedo a los aceites para el rostro, incluso para pieles grasas y con tendencia acneica. Los aceites penetran con mayor facilidad que las cremas y, al ser activos naturales, la piel los absorbe directamente sin necesitad de otras sustancias conductoras, sin son de buena calidad y poco comedogénicos serán absorbidos sin dejar una película grasa sobre la piel. Los aceites llegan a ser una forma de limpiza y nutrición muy recomendables.
Qué es una sustancia comedogénica?. Una sustancia puede ser comedogénica por varias razones:
- Puede obstruir los poros. Cuando se obstruyen es más fácil que aparezca acné ya que las bacterias crecen en el folículo y conduce a la inflamación.
- Si provoca una reacción y/o inflamación alérgica. Por ejemplo, sustancias como el SLS (sodio lauril sulfato) puede causar reacciones alérgicas en algunas personas y por lo general se considera comedogénico.
- Una sustancia puede servir como una fuente directa de alimento para las bacterias responsables de la aparición de granitos.
- Algunas sustancias que normalmente no son comedogénicas se pueden transformar por las enzimas presentes en la piel, o incluso por la luz ultra violeta.
No te pierdas
El sábado, en la emisora Canal Extremadura, dentro del programa ‘Los Sábados al Sol‘ se a habló en profundidad sobre este tema que afecta cada día a más personas.
Tratamiento recomendado
Existen varios aceites no comedogénicos que pueden ser usados por tanto como vehículo para que los aceites esenciales anti acné como el árbol del té o el clavo penetren en la piel limpiándola. Nosotras hemos elegido el aceite de girasol como vehículo y los aceites esenciales de árbol del té, menta y naranja amarga como sinergia para restablecer el equilibrio entre las cepas bacterianas y limpiar los poros.
A.e. menta: Se usa muy a menudo para calmar el dolor. Su composición en mentol le da una acción anestésica local por “sensación de frío”. Se desencadenará una sensación de frío en las espinillas del acné, causando un anestésico local y por lo tanto una desaparición del dolor.
Además, el mentol tiene una acción bactericida y destructiva a nivel de ADN de microorganismos. Perturbará y alterará la estructura de la bacteria que conduce a su destrucción.
Por otra parte, es antiinflamatorio pues suprimirá la producción de mediadores implicados en el proceso de la inflamación.
A.e.árbol del té: Es especialista en problemas de acné. Su composición en Terpinèn-4-OL le da una acción bactericida específica sobre acnés Propionibacterium. Su eficacia es incluso comparable a una loción benzoilo del peróxido, una sustancia química anti-acné. Este aceite esencial será por lo tanto formidable contra espinillas del acné, incluso el más gordo.
Además, el Terpinèn-4-OL tiene una actividad inmunoestimulante. Estimulará la actividad de los glóbulos blancos que aumentarán la producción de inmunoglobulinas de tipo anticuerpo tiene lo que fortalecerá la defensa celular del organismo. Por lo tanto será más eficaz luchar naturalmente contra la bacteria responsable del acné.
Además de este suero anti acné, puedes hacerte una mascarilla en casa, de forma muy fácil con arcilla verde.
A pesar de combatir las rugosidades y regular la secreción de sebo en las pieles grasas, actúa como un exfoliante muy suave, por lo que es ideal también para pieles sensibles.
- Depurativa y purificante. Elimina las células muertas y los poros negros.
- Regeneradora. Debido a la acción anterior, deja cabida para que las células vivas se regeneren, dando lugar a una piel sana y joven.
- Suavizante y exfoliante. Aporta un efecto de suavidad al eliminar las rugosidades y buena parte de los granitos y puntos negros.
- Reguladora. Regula los niveles de sebo, aportando bienestar.
- Limpiadora. Se deshace de las impurezas acumuladas en el rostro debido a las inclemencias climáticas.
Conseguirás eliminar los puntos negros y las células muertas, permitiendo que las células vivas y sanas proliferen y regeneren el tejido de la dermis. El aceite de neem es un gran ingrediente aliado para combinarla.
¿Qué te recomienda Ecoeko?
Tres productos básicos en el tratamiento, por supuesto, libres de químicos y elaborados sólo con componentes ecológicos, bio y veganos.
¡Totalmente de acuerdo con este post tan completo! A la hora de tratar el acné o las pieles grasas, nosotros siempre apostamos por los productos naturales, capaces de penetrar de mejor manera en las capas internas y ofrecer un resultado tan efectivo como respetuoso.
Eso es…